29/4/2002 Torneo Clausura ´2002 River Plate 1 Racing Club 0 Autor del gol: Nelson Cuevas Arquero: Gustavo Campagnuolo Estadio Antonio Vespucio Liberti Buenos Aires, Argentina ___________________________________________________________________________________________ Final electrizante. Los finales que nunca se olvidan. Hechan a Comizzo. Tiene que atajar un jugador de campo. Tiro libre que parece penal con barrera. Racing puede obtener la victoria y termina el partido. Monumental colmado expectante. La tensión es el climáx perfecto de suspenso. ¿Lo hace o no lo hace? Víctor Hugo te cuenta la emoción. Será recordada como una de las mejores finales de un partido de fútbol. Ya forma parte de los grandes clásicos entre River y Racing. Fue el ejemplo perfecto de la frase ?los goles que no se hacen en el arco contrario luego te los hacen en el tuyo?. Esa histórica tarde del 29 de abril de ´2002 el delantero ?Pipino? Cuevas fue al banco de suplentes. River recibió a Racing en un colmado Monumental. Se jugaba la 16 fecha del Clausura ´2002 y River ganando quedaba a un paso del campeonato. Fue un partido muy tenso. Lleno de nerviosismo. No se sacaban ventajas ninguno de los dos. Se llegó al final del partido en 0. Solo faltaba 1 minuto para el pitazo final. Ramón Díaz ya había realizado los tres cambios para el equipo millonario. Y como en un gran guión dramático le expulsan a su arquero. Angel Comizzo tuvo que abandonar el campo de juego. River con 10. Martín Demichelis el elegido para defender los tres palos. La jugada era un peligroso tiro libre para Racing en el vértice del área mayor. Todo el estadio expectante. Si el disparo era certero lo ganaba Racing y se acercaba al líder. Desde el banco de suplentes académico se daban todo tipo de indicaciones. Los jugadores de la barrera no colaboraban. Racing ejecutaría un tiro planificado. Varios jugadores de Racing rodeaban el balón. Se hablaban, hacían señas. Otros dos esperando para ejecutar el balón. El resto en el área de River que defendía con un jugador menos. La ocasión era ideal para el colombiano Gerardo Bedoya. Pero fue un gran asombro cuando pasó por encima del balón. En ese mismo instante Maxi Estévez tocó hacia atrás a Claudio Ubeda. El defensor se preparó para un misil hacia el arco. Pero salió el peor remate de su vida. Recto, débil y contra la barrera. Un suicidio contra River. La pelota rebotó contra Celso Ayala generando gran confusión en todo Racing que se encontraba jugado al ataque. Fue Ricardo Rojas quien se anticipó a Ubeda y se fue velozmente. Levantó la cabeza y observó que Pipino Cuevas venía corriendo con hambre antes de cruzar la mitad de la cancha. Y corrió y corrió y corrió. Y todo el estadio no podía creer lo que estaba sucediendo. Y Gustavo Campagnuolo lo fue a buscar al borde del área. Y Pipino abrió los ojos y aceleró. Y por varias cabezas circulaba la anécdota de la madre de Pipino al acercarse a Ramón Díaz antes del partido y decirle ?Mi hijo te va a salvar y tenés que ponerlo a mi hijo?. Y fue una definición de creer o reventar. De gargantas destruidas. De locura y locura. De angustia a llanto. De la radio al alma. De Víctor Hugo al corazón.


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